lunes, 22 de octubre de 2007

Nota de prensa

Hoy inauguro la inevitable sección musical y como no hay nada mejor que un ejemplo para que, en días espesos como hoy, (la gripe, y las salidas nocturnas que la complican, siguen haciendo mella) sea capaz de transmitiros mis más profundas intenciones. O no tan profundas: lo que empezó como un casual reencuentro con The New Creatures, poemario de Jim Morrison, acabó siendo una recuperación en toda regla de los discos de The Doors, así como de las múltiples entrevistas y artículos que pululaban por mi casa.

The Doors son (y serán) ese grupo mitificado o menospreciado, pero siempre de revisión defectuosa, ya sea por exceso (Oliver Stone y su discutible y, en muchas ocasiones, risible biopic del 93 o los masturbatorios y anquilosados artículos de Rolling Stone) o por defecto (la crítica “sesuda” o los repasos made in RockDeLux, unos tipos que o escuchan los discos a punta de pistola o sufren una disfunción emocional severa).

Mi visión no es ni mucho menos más acertada. No se trata de sugerir que yo sí he sido capaz de desentrañar el misterio de The Doors, mientras otros fallaron miserablemente. Pero amigos, no olviden que este es mi blog y aquí puedo explayarme y hacerme el listillo diciendo que la mayoría de lo escrito sobre los angelinos es, básicamente, puta mierda. Como todas las perspectivas históricas que pretendan sentar cátedra de algo tan subjetivo y, sobretodo, instintivo como la música. Repito, algo instintivo, arcano y tribal, en absoluto cerebral o intelectual: por algo el ritmo habita este mundo.

(Término técnico, descarrilamiento: no sé si aún merece la pena hablar de la burda intelectualización del arte, creo que después de la lección de El Gañán en su “El Arte, ese mundo de sinvergüenzas” está todo dicho; échense unas risas en YouTube).

Siendo serios, me parece necesario ajustar las coordenadas de este post y los que vengan en el futuro, acogiéndose a esta sección o similares. La idea es evitar las actitudes anteriormente citadas; ni revisiones históricas ni peroratas dogmáticas. En la medida de lo posible, trataré de ser fiel a mi intención: expresar lo que un grupo y un disco en concreto significan para mí, enlazándolo con experiencias vitales de lo más dispersas. Ni menos, ni más. Y si alguna vez caigo en el error del crítico sentencioso, atribúyanlo a mi falta de pericia como escritor, nunca a la intención de adoctrinar.

Tómenlo como meras recomendaciones y anécdotas de un enfermo musical como soy yo, porque, en realidad, no difieren mucho de los ladrillos que podría soltaros delante de un café o una cerveza. Aunque me encante hablar de música, escucharla es aún mejor. Y como el sexo, sabe mejor en compañía.

P.d.: el primer post "real" de la sección llegará en breve. Evidentemente, no pueden abrirla otros que no sean The Doors.

Suena: Xhelazz con Violadores del Verso - Sólo importa el rap

martes, 16 de octubre de 2007

(Blessed) In Black

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Redención es una bonita palabra, sobretodo cuando los pecados son de otro. En realidad, siempre he creído que lo que siempre has ansiado era algo esperanza, aunque ahora pienso que fue más un acto de fe por mi parte que algo plausible.

Cuando te conocimos eras una especie de agujero negro escondido entre litros en esos parques juveniles, aunque cuando alzabas la vista todavía podíamos mirarnos a los ojos. Pero claro, eran épocas joviales y no éramos conscientes de quienes éramos; así que, entre pose y pose delante del espejo (siempre mirando por el encima del hombro, más por miedo que por autoconfianza), te construiste una personalidad. Una, como podrías haber apostado por cualquier otra.

Porque eres temeroso de Dios, y la capa de los malditos te sienta como a nadie, aunque la lleves puesta con más estilo que convicción. Dices que andas perdido y declamando poemas a no sé que memorias en forma de mujer y rojo, que nunca encontraste nada a lo que amar; la próxima vez prueba salir a buscarlo a pecho descubierto, cuchillo en boca, sin consultar los mapas. Te lo mereces y nos lo debes.

Hemos crecido, ya no se trata de un “nosotros contra ellos”. Nunca te faltaron los cojones, salvo para ser feliz. ¿Que qué tal por aquí? Bien, gracias. Todavía echamos un vistazo a la espalda con la esperanza recibirte y brindar en tu honor.

Te temo porque haces languidecer, como los buenos venenos. Despierta. Ya.

Suena: The Cure – Us or them