jueves, 27 de diciembre de 2007

Recuperación de contextos

Se trata de de una nueva terapia, en fase experimental, por supuesto. Yo la llamo “Terapia de recuperación de contextos”, aunque quizá debería darle un nombre menos inteligible, más oscuro; nunca debemos olvidar que gran parte del prestigio y el respeto hacia el profesional se basa en la sensación de desconocimiento del cliente/paciente. Compañeros, fomentemos el tecnicismo y la creación de incertidumbre como camino para evitar las cejas alzadas y el “Hmmmm…así que psicólogo, ¿eh? A mí las personas se me dan bien…”.

Es embrionaria, pero hoy trataré de explicarme: parte de la freudiana Primal Therapy de Janov, sigue con una progresiva implicación en nuestra propia toma de decisiones y termina con un profundo análisis de decisiones de tipo cualitativo. La clave es la búsqueda de influencia sobre el propio entorno (ilusión de control para los escépticos), que resulta en un cambio sobre la propia perspectiva contextual; la diferencia es de óptica y esto posibilita la aparición de nuevos contextos. Evidentemente, la influencia cognición-ambiente es bidireccional, con especial importancia a las claves del segundo elemento; sin embargo, dichas claves solo serán efectivas en tanto que el análisis de decisiones sea realizado desde una construcción cognitiva coherente pero distinta a la de partida.

Si alguien consigue hacerse una pequeña idea (tampoco es tan complicado) podrá entender que ha estado cociendo mi cabeza a nivel personal de algunos meses aquí. Si no se entiende lo siento, pero escribo lo que es importante para mí. Nada más, nada menos. A veces olvidamos lo complicado que es hacer sencillas las cosas; otras, ni siquiera lo intentamos. “Todo el mundo es cobarde…no solo tú y yo”.

Dos palabras: reestructuración cognitiva.

p.d.: Que nunca nos falte el sentido del humor.

Suena: Skunk D.F. - Musa

lunes, 3 de diciembre de 2007

Poder mirarse a las manos otra vez

Dices que ahora no puedes dormir, porque la habitación te resulta demasiado silenciosa; quizá en el fondo no seamos tan distintos. Hace casi dos meses que no(…)ni(…)y tampoco(…), así que sonríes quedamente, y bajas la mirada como si te resultara algo tan ajeno. Y yo te devuelvo la sonrisa por cortesía, porque aún no tengo claro si me angustia o me fascina que, precisamente tú, puedas sonar tan asombrosamente frágil.

Supongo que después de 6 años el tiempo no se mide en momentos, sino en certezas, y cuando te diste cuenta de ello, saltaste al río. Ahora, cuando la gente te tienda los cabos, tendrás que explicarte y yo conozco demasiado bien lo odioso que es todo eso. Trata de hacerles entender que todo es tan oscuro y borroso que ni siquiera vosotros queréis asomaros por allí. Que una vez lo ha abandonado, no hay razones que valgan. Que tienes ganas de apretar los dientes y escupirles la culpa de aquello de lo que no son responsables. Que no te importa una mierda, desde el más profundo rincón del rencor de tu pecho, aunque todos sepan que es mentira.

Recuerda: tienes derecho a equivocarte, y si lo haces, que sea por ti misma, porque sí, por ser tuya, tuya, tan egoístamente tuya que vuelvas a sentirte tan viva que no podamos más que mirarte sin palabras. Y luego reconstrúyete y compártelo, porque volverás a sentirte (sentirnos) como si (…). Siempre habrá suficientes parques con sus noches de jueves.

Si simplemente “se acabó”, ¿qué hay que perder? (¿Qué hay que hablar?). A veces tengo la sensación de que te respondes tú sola. Según yo, que estoy muy equivocado…


…atrévete a mirar al agua, en lugar de lanzar piedras. En el centro del mar nadamos desnudos de todo, sin la necesidad de intentar alcanzar la orilla. Después de tanto tiempo, es tan bonito poder mirarse a las manos otra vez…

Suena: Lagartija Nick – Mar de la tranquilidad