lunes, 19 de enero de 2009

De temporalidad y forma

El que avisa no es traidor: ya os decía en la primera entrada allá por julio de 2007 que, en parte, el blog nacía de una mal satisfecha necesidad de comunicarme. Y en ésas estamos.

Siempre me ha costado expresarme. Evidentemente no me refiero a una carencia de capacidades o lagunas educativas (como mínimo, ¡no habéis podido demostrarlo!), sino a una urgente necesidad de transmitir, más allá de hacer entender “lo-que-en-realidad-quería-decir”. Es la sensación de que algo se te escapa de las manos, de no poder seguir los argumentos que estás manejando en tu cabeza. No tengo ni idea de si mis límites nacieron antes que mi obsesión.

De ahí pasé a la vehemencia. Luego al cripticismo. Y así estoy constantemente manejándome entre tiempos y formas, perdiéndome momentos que, por desgracia, probablemente ni siquiera esperáis, pero a los que no pienso renunciar a imaginarme. O quizá beber más de la cuenta y demostrarme (¿demostraros?) que puedo contar con alguien.

Era de esperar que algo tan mío como este espacio acabase resintiéndose. Podría prometer que a partir de ahora las entradas van a ser más directas o más numerosas. Probablemente mentiría. Como si os importarse. Pero a veces, y sólo a veces, necesito un instante para escucharme y volver a descubrir dónde reside mi pasión.

Gracias a todos los que estáis al otro lado. Here we go (again).

Suena: Textures - Awake